¿Qué le das a un niño cuando es intolerante a la lactosa? Vaya pregunta, la intolerancia a la lactosa es la imposibilidad de metabolizar la lactosa en el intestino porque no se produce suficiente, o nada, de la enzima lactasa. Se trata de un afección de transmisión genética y de condición permanente, aunque también puede ser brevemente producida por medicamentos o malnutrición.

Nuestra dieta tiene muchos lácteos así que siempre resulta complicado lidiar con esta condición, por eso apunta estas alternativas a la lecha vacuna con lactosa:

• Leche sin pasteurizar: sí, no suena bien, después de todo es el proceso de pasteurización el que elimina todas las bacterias, pero parece que la leche sin pasteurizar es mejor para quienes padecen intolerancia a la lactosa. La lactosa de la vaca sigue estando en este tipo de leche y absorve toda la lactosa mala que le va a molestar al niño. Es una leche más digestiva y tiene más vitaminas.
• Leche de coco: es fácil de hacer en casa y la compras en botella o lata. Es cremosa, es sabrosa, y es una buena suplente.
• Leche de almendras: también se hace en casa, conserva todos los nutrientes de este fruto seco, tiene muchas vitaminas y calcio y lo unico que tienes que fijarte, si la compras, es que no contenga azúcar ni otros aditivos.
• Leche de cáñamo: se elabora a partir de las semillas de cáñamo, tiene mucho Omega 6, magnesio, potasio, calcio, hierro y zinc.
• Leche de arroz: tiene vitamina B y minerales (selenio, manganeso), pero hay que tener cuidado ya que tiene muchos carbohidratos y arsénico.
• Leche de soja: no es tan recomendable para los más pequeños, en especial si se elabora con soja modificada genéticamente y cultivada en plantaciones industriales que utilicen pesticidas. Es una pena porque es la más común en restaurantes y cafeterías.
• Perlas de lactosa: es una opción, colocas algunas gotas en cierta cantidad de leche y esperas 24 horas hasta beberla. La lactosa es devorada por las enzimas y entonces la leche se vuelve más fácil de digerir.