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Creo que no hay mejor bebida para el ser humano que el agua fresca y mineral, pero no podemos vivir solo a base de agua pues nuestro paladar exige sabores y texturas: bebidas gaseosas, cerveza, vino, zumos, café o un sabroso té de hebras chinas.

La cuestión es que estas bebidas están todo el tiempo alrededor nuestro y no podemos ni queremos evitarlas, pero a la hora de pensar en una dieta es necesario regular su ingestión pues muchas tienen las mismas calorías o más que la comida que acompañan o anteceden.

Vayan algunos ejemplos entonces de las bebidas que conviene regular en una dieta: el alcohol es tal vez la bebida más conocida en cuanto a calorías. Un vaso de vino tiene en promedio 100 calorías y uno de cerveza unas 150 así que haced la cuenta. Además, es cierto que fija las grasas. La leche, por otra parte, tan sana que parece con sus proteínas, vitaminas D y A y calcio también tiene mucha grasa así que a determinada edad conviene elegir una leche bajas calorías, parcial o totalmente descremada.

Los zumos de frutas son buenos, siempre que los preparemos en casa y sin azúcar. Los comprados tienen demasiada azúcar, a razón de siete cucharadas de té, así que debemos elegir los que en la etiqueta recen “zumo 100%”. ¿Y las gaseosas? La Coca-Cola, Fanta o Sprite están repletas de azúcar vacías y lo único que hacen es engordar sin alimentar o dejar nada bueno en el organismo. Cada lata tiene unas 9 cucharadas de té de azúcar así que lo mejor es beberlas con mucha, pero mucha moderación.

Conclusión: no hay como el agua. No tiene azúcar, es refrescante y mucho más barata.